74 Convención Bancaria | La Banca: Promotora del desarrollo y del bienestar en México | Asociación de Bancos de México

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Versión estenográfica Acapulco, Gro., 7 de abril de 2011.

Lic. Ernesto Cordero Arroyo
Secretario de Hacienda y Crédito Público

Muy buenas tardes a todos. Señor ingeniero Ignacio Deschamps González, Presidente de la Asociación de Bancos de México; doctor Agustín Carstens Carstens, Gobernador del Banco de México; señor Guillermo Babatz, Presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, estimados amigos, distinguidos integrantes de la Mesa Directiva de la Asociación de Bancos de México y de algunas otras instituciones de intermediarios financieros, me da mucho gusto estar el día de hoy aquí.

Me da mucho gusto el día de hoy aquí y permítanme referirme brevemente y hacer un poco de historia, porque yo creo que es importante hacer un poco de historia para valorar en dónde estamos parados el día de hoy y no olvidar lo que nos ha costado llegar a donde estamos.

Primero de septiembre de 1976. El peso se devalúa de 12.50 viejos pesos por dólar a 20 pesos por dólar, y la inflación pasa de 11.3 por ciento en 1975 a 27.2 por ciento en 1976, más del doble en un solo año.

18 de febrero de 1982, México vive la crisis de la deuda, el tipo de cambio se devalúa de 27 a 38 viejos pesos por dólar y una semana después sube hasta 46 pesos por dólar; en tan sólo 15 días el peso se devalúa 73 por ciento.

6 de agosto de ese mismo año, el peso empieza a devaluarse sin control. A fin de año, después de la nacionalización de la Banca, llega a 150 pesos por dólar. El año de 1982, supuso una depreciación de 470 por ciento, con ello la inflación más que se triplicó, pasando de 29 por ciento en 1981, a 98 por ciento en 1982

El 11 de julio de 1985, seguimos con la crisis de la deuda. El tipo de cambio pasa de 248 a 340 viejos pesos por dólar, una depreciación del 37 por ciento. En los siguientes dos años, las cosas siguen empeorando.

Para el 19 de noviembre de 1987, el tipo de cambio ya estaba en 2 mil 260 viejos pesos por dólar. En total, de julio de 1985 a noviembre de 1987, el tipo de cambio se depreció 865 por ciento, y la inflación pasó de 64 por ciento en 1985 a 160 por ciento en 1987.

El 20 de diciembre de 1994, el tipo de cambio se mueve dentro de una banda que limita su movimiento, en el contexto de la crisis bancaria y de los Tesobonos, el Gobierno decide ajustar la banda y el tipo de cambio spot se mueve de 350 a 390 nuevos pesos por dólar.  Aquí ya le habíamos quitado tres ceros al peso.

Sin embargo, la pérdida de  reservas fue tal que dos días después el tipo de cambio subió a 4.90 pesos por dólar, y durante 1995, siguió subiendo ante el temor de que México declarara una nueva moratoria en su deuda.  

Al cierre de 1995, el tipo de cambio estaba ya en 7.70 pesos por dólar, una depreciación acumulada de 120 y una inflación que pasó de 7.1 a 52 por ciento.

El 7 de abril del año 2011, o sea, el día de hoy, la situación es completamente distinta. Tenemos de acuerdo a la información que proporcionó el Banco de México hace algunos días, una inflación anualizada para el mes de marzo de 3.16 por ciento, una cifra de inflación bastante distinta a la que teníamos en el pasado. Tenemos un tipo de cambio estable, tenemos una tasa de crecimiento económico bastante respetable, tenemos controlados nuestros balances tanto externos fiscales e internos, y la situación se ve muy distinta.

¿Por qué es  importante hacer este recuento? Porque luego se nos olvida lo difícil que fue construir la estabilidad económica y la plataforma para la prosperidad económica que tenemos el día de hoy.

Y luego por ahí hay algunos desmemoriados, que pretenden suponer que las cosas fueron mejor antes que ahora.

Me voy a referir a la lámina que tengo atrás de mí, para ver las fluctuaciones en el tipo de cambio que está organizado por administraciones presidenciales y por décadas.

Me voy a referir únicamente por décadas. Y donde vemos que la depreciación acumulada o devaluación acumulada en aquella época del tipo de cambio en la década de los 80’s, fue de 12 mil 576 por ciento; la devaluación acumulada en la década de los 90’s, fue de 221 por ciento; la depreciación acumulada en la década del 2000 al 2010, fue tan sólo del 31 por ciento.

Las mismas conclusiones y el comportamiento son muy similares, si comparamos la tasa de inflación.

Con respecto a inflación, vemos que la década de los 80’s, la inflación era de 15 mil por ciento, la inflación acumulada en la década de los 90’s, fue de 400 por ciento, y la inflación acumulada en la década del 2000 al 2010 es de 55 por ciento, un 4.7 promedio anual.

Todo esto ha generado unas condiciones macroeconómicas distintas al día de las que teníamos en el pasado. Actualmente, si consideramos los datos del Fondo Monetario Internacional, México tiene un PIB per cápita ajustada por paridad de poder de compra, de cerca de 14 mil dólares, un PIB per cápita muy parecido al que tiene Rusia, y un PIB per cápita superior al que tiene Brasil, superior al que tiene China, superior al que tiene la India.

El año pasado crecimos al 5.5 por ciento y los pronósticos de crecimiento para este año son bastante alentadores y todos están entre 4 y 5 por ciento y cada vez las actualizaciones se ven mejor y van básicamente mejorando los pronósticos que se tienen, pero en este momento todos coinciden de que estamos entre el 4 y el 5 por ciento.

Todo esto  en buena parte se debe a la disciplina fiscal con la que se ha conducido a la economía en los últimos años y en los últimos lustros. México, a diferencia de otras economías, tiene un déficit muy moderado, de cerca de 2.5 por ciento del PIB incluido PEMEX, si quitamos PEMEX del escenario, pues el déficit del Gobierno no llega a ningún punto del PIB, 0.5 por ciento; nuestros niveles de deuda como porcentaje del PIB son de cerca del 32 por ciento, cifra muy moderada con respecto a lo que otros países están enfrentando y están padeciendo el día de hoy, sobre todo los países europeos.

Esto, en buena medida, se debe a los  esfuerzos de recaudación tributaria que se han  hecho en esta Administración. En esta Administración, en los últimos años, vemos cómo los ingresos tributarios no petroleros, como  porcentaje del PIB han crecido, y cerca pasaron de 9.34 al final del 2006, 08.96, y actualmente 10.36, 1.4 por ciento de incremento en la recaudación tributaria, lo cual denota un esfuerzo muy importante en actualizar nuestra agenda de recaudación.

También lo que es importante señalar es que esta recaudación tributaria   cada vez se reparte de mejor manera, entre un mayor número de contribuyentes.

En esta Administración hemos incrementado en 10 millones los contribuyentes que antes no pagaban impuestos y ahora sí pagan impuestos.

Pueden ver cómo en el año 2003 había cerca de 13 millones de contribuyentes y actualmente son casi 39 millones de contribuyentes los que pagan impuestos.

Asimismo, esta administración se ha caracterizado por actuar y tomar decisiones difíciles y actuar con responsabilidad. Si comparamos cuánto se ha incrementado la recaudación tributaria por administraciones, vemos que en la administración del Presidente Salinas, la recaudación tributaria se incrementó un 0.6 por ciento del PIB; ; la del Presidente Zedillo no se incrementó la recaudación tributaria; la del Presidente Fox 0.5 por ciento; y en la del Presidente Calderón, en estos cuatro años, 1.4 por ciento.

Es decir, se han tomado decisiones importantes, difíciles, pero como en ninguna otra administración se ha tomado en serio la Agenda Fiscal y cómo fortalecer los ingresos del Gobierno, ¿y esto para qué? Básicamente para tener los recursos suficientes para enfrentar los grandes retos que tiene nuestro país.

Con estas reformas fiscales y con mejoras y ahorros en la manera como gastamos los recursos, el gasto para programas prioritarios se ha incrementado en 46 por ciento, y tenemos crecimientos muy relevantes; por ejemplo, en educación el presupuesto ha crecido 21 por ciento; en salud y seguridad social, 33 por ciento; en orden, seguridad y justicia, 98 por ciento; en programa de combate a la pobreza, 136 por ciento; y en inversión física, 140 por ciento.

De manera que con esfuerzos recaudatorios importantes que recaen en toda la sociedad mexicana hemos sido capaces también de ampliar la base de contribuyentes y hemos sido capaces también de financiar programas prioritarios y de enfrentar los grandes retos que tiene este país.

También hemos sido capaces de dar un manejo eficiente en nuestra deuda pública, nuestra deuda pública cada vez se ve mejor, cada vez colocamos deuda a un mayor plazo y a las menores tasas posibles. Tan sólo el día de ayer colocamos un bono a 30 años por un millón de dólares, mil millones de dólares, a la menor tasa que hayamos colocado en la historia del país.

En el mes de octubre, como ustedes saben, también colocamos un bono centenario, nos costaron a 100 años, también en condiciones muy favorables; todo esto nos está permitiendo cambiar el perfil a nuestra deuda, no nos estamos endeudando demás, al revés, lo que estamos haciendo es refinanciando deuda que teníamos contratada en el pasado a plazos menores y a tasas un poco más altas, pero lo estamos refinanciando en mejores condiciones: más largo plazo y tasas menores.

Este manejo de deuda también significa un blindaje financiero; es decir, no tenemos presiones para cubrir a los mercados internacionales por vencimientos que tengamos que enfrentar.

En el blindaje financiero también hemos emprendido una política, junto con el Banco de México, de acumulación de reservas internacionales. Tenemos el mayor nivel de reservas internacionales en la historia, 122 mil millones de pesos, que se complementan con la línea de crédito flexible, el fondo monetario internacional, que es de cerca de 73 mil millones de pesos; quiere decir que ya estamos muy cerca de los 200 mil millones de dólares en referencias internacionales. Asimismo, y como todos los años, hemos comprado coberturas en el precio del petróleo, parecería irrelevante esta decisión en este momento que los precios están tan altos, pero uno nunca sabe.

De manera que si hubiera una desviación a la baja después del petróleo, nosotros estamos cubiertos; y, asimismo, hemos diseñado un fondo para la reconstrucción de infraestructura ante desastres naturales por 50 mil millones de pesos. En México los desastres naturales dejaron de ser una eventualidad y una contingencia, todos podemos estar seguros de que en México lamentablemente cada año nos van a afectar un par de huracanes, no sabemos si en el Pacífico o en el Golfo, pero sin ninguna duda México va a ser azotado por un par de huracanes al año más o menos, y causan una devastación en términos sociales, familiares, económicos y de infraestructura, y es necesario tomar las disposiciones presupuestales para enfrentar responsablemente la reconstrucción ante estos daños.

A parte de todo el manejo financiero del país, que se ha emprendido con mucha responsabilidad, también hemos emprendido una agenda de simplificación administrativa que consideramos muy relevante compartir. Hemos desregulado, hemos simplificado; en la parte fiscal también hicimos la tarea, hicimos y presentamos el año pasado el paquete de simplificación fiscal más importante en muchos años; eliminamos la obligatoriedad de presentar declaraciones mensuales de IETU, la declaración anual del IVA, la obligatoriedad de presentar estados financieros dictaminados para efectos fiscales y de seguridad social. En fin, hicimos un avance importante.

Todas estas cosas cuando el Banco Mundial llega a cada uno de los países y los mide con consultores expertos, profesionales y con la misma metodología, y determina con las mismas reglas en qué país es más fácil emprender un negocio. Y ahí lo que vemos es que México es, siendo uno, el país donde es más amistoso a la apertura de negocios, y de ahí para abajo.

El país que es más amistoso para abrir un negocio es Singapur, y las consideraciones que se toman en cuenta, como ustedes ven, es qué tan fácil es empezar un negocio, qué tan fácil es acceder a permisos de construcción, registro de propiedad, obtención de crédito, protección de inversionistas, pago de impuestos, comercialización entre fronteras, cumplimiento de contratos y qué tan fácil es cerrar un  negocio, y ahí vemos que México es el primer país latinoamericano que aparece en la lista, México es el país de América Latina donde es más fácil emprender un negocio, y estamos muy delante de lo que pueden ser economías que consideramos paradigmáticas, como el caso de Chile, y mucho más delante de lo que aparece Brasil, por ejemplo.

Todo estos esfuerzos financieros y todos estos esfuerzos de regulación sin duda alguna han significado un apoyo muy importante en la actividad económica, en México hemos sido capaces de recuperar los empleos que perdimos durante la crisis económica, se generaron 730 mil empleos en el año 2010, y este año en lo que llevamos al mes de marzo también traemos un ritmo de crecimiento de empleo bastante sólido; tenemos la tasa de desempleo más baja de los países… sin duda alguna queda mucho por hacer, todavía hay muchos mexicanos buscando trabajos, pero sin ninguna duda estamos avanzando en la dirección correcta.

Actualmente nuestro crecimiento, y debo mencionar también que no sólo estamos generando más empleos, sino que también por primera vez en muchos años el poder adquisitivo del salario mínimo se ha fortalecido, y permítanme también de nuevo hacer una comparación histórica, y donde vemos que en la década de los 80’s el poder adquisitivo de los salarios mínimos perdió el 50 por ciento; en la década de los 90’s el poder adquisitivo del salario mínimo perdió 35 por ciento; y es hasta esta década donde si bien hay una mejora muy marginal en el poder adquisitivo, 2.4 por ciento, ahora sí que es mejora al fin de cuentas.

Es la primera vez que estamos siendo capaces de generar empleos, pero también estamos siendo capaces de ganar en términos de poder adquisitivo de los salarios mínimos.

En México una de las características relevantes es que hemos sido capaces de balancear nuestra tasa de crecimiento económico, tenemos un sector exportador muy vigoroso, que se ha transformado, que cada vez añade mayor valor agregado a lo que producimos, somos un país manufacturero muy importante, manufacturas de alto nivel tecnológico, y nuestra balanza comercial se ha venido transformando poco a poco, de producir básicamente manufacturas con poco valor agregado, ahora somos una potencia exportadora en temas, como: la industria aeroespacial, teléfonos inteligentes y algunas otras manufacturas, televisiones, motor de avión, en fin, prótesis médicas y algunas otras manufacturas que denotan un alto valor agregado.

Pero, asimismo, también nuestro mercado interno se ha venido detonando y perfeccionando poco a poco, nuestro mercado interno está dando señales de recuperación muy vigorosas y muy importantes, de manera que en este momento la evidencia que tenemos es que el crecimiento en México cada vez es más balanceado, y cada vez depende menos de nuestro sector exportador.

Ahora, todo esto tiene sentido única y exclusivamente si somos capaces de traducir la estabilidad macroeconómica, la prosperidad económica en verdaderamente mejorar las condiciones de vida de  los mexicanos que más lo necesitan. Y permítanme presentar algunas láminas, muchas de ellas provienen del censo, con respecto a cómo hemos avanzado en la cobertura educativa, de salud y condiciones de vivienda.

En términos de cobertura educativa, estamos ya muy cerca, sino es que ya llegamos a la cobertura universal para niños en educación primaria, y hemos avanzado notablemente en proporcionar alternativas de educación a jóvenes para el bachillerato y la universidad. En el año 2000 únicamente el 48 por ciento de los jóvenes en edad de asistir a un bachillerato, teniendo oportunidad de asistir a un bachillerato, actualmente el 66 por ciento de los jóvenes tiene esa oportunidad. El mismo comportamiento se observa en educación superior, donde pasamos del 24 por ciento al 30 por ciento de cobertura, siendo un avance importante.

En términos de salud, también se ha avanzado notablemente. En términos de salud, gracias al Seguro Popular básicamente vamos a estar muy cerca de la meta de tener a 50 millones bajo el Seguro Popular, lo cual implicaría que casi todos los mexicanos tienen acceso a un servicio de salud, entre el Seguro Popular, el IMSS, el ISSSTE, las coberturas privadas, la seguridad social de las fuerzas armadas, casi todos los mexicanos tendrían acceso a servicios de salud.

Se ha invertido en infraestructura hospitalaria también como nunca antes, y todos los indicadores en términos de salud se ven bastante bien, ha mejorado la esperanza de vida en México, ha disminuido la mortalidad materna, la mortalidad infantil, y básicamente los indicadores se ven bastante bien. 

En términos de vivienda, las condiciones de vivienda también han mejorado, básicamente, y se puede decir que nada más 9 de cada 10 viviendas en México tienen energía eléctrica, tienen acceso a agua entubada, tienen acceso a drenaje, tienen un piso de cemento, tienen satisfactores tan importantes, como un televisor, o un refrigerador, pero bueno en el caso de un refrigerador, no es el 90 por ciento, pero es como el 88 por ciento, 86 por ciento. De manera que también es innegable que las  condiciones de vida, en  vivienda, sobre todo los mexicanos más pobres, ha mejorado notablemente en estos últimos años.

Si quisiéramos tener un indicador agregado de las condiciones de vida de un país, la ONU publica un indicador que se llama el Índice de Desarrollo Humano, que mide tres cosas básicamente: ingreso per cápita, cobertura o acceso a servicios educativos y acceso a la salud. Y mide estas tres cosas y da un número entre cero y uno, siendo uno la calificación máxima, es decir, un país que tiene o una región o una ciudad, que tiene el máximo desarrollo humano posible, y cero a aquellos carentes de cualquier condición de desarrollo.

Y vemos cómo México a lo largo del tiempo ha venido avanzando, México es la lámina amarilla, tiene un nivel de desarrollo humano medio, de acuerdo a la OM, que es 0.75, y vemos cómo no sólo hemos venido mejorando a lo largo del tiempo, sino que también tenemos niveles de desarrollo humano que probablemente, si no hubieran estos datos, difícilmente podríamos conocerlo.

Y por ejemplo, México tiene un nivel de desarrollo humano, tiene unas condiciones de vida en su población, superiores a las que tienen en Rusia, superiores a las que tienen en Brasil y ya no se diga en China y en la India.

Esto no quiere decir, por supuesto, que México no tenga un reto enorme de combate a la pobreza, pero lo que quiere decir es que estamos avanzando en la ruta correcta, y seguramente necesitamos avanzar más rápido, pero sí es importante aquilatar y reconocer los esfuerzos que se han hecho.

En toda esta generación de prosperidad económica y de mejorar las condiciones de vida, quiero decirlo con absoluta claridad, el sistema bancario mexicano ha sido de enorme apoyo en este último año.

Se cumplieron las metas que planteamos al inicio o a finales del año 2009; yo recuerdo probablemente la primera reunión que tuve con Nacho, cuando acababa de ser nombrado Secretario de Hacienda, y donde nuestra principal preocupación era la expansión del crédito; era un año crucial para la recuperación económica de México y donde necesitábamos la solidaridad del Sistema Bancario Mexicano para prestar y aumentar la cobertura del crédito.

Y el compromiso fue que habría una expansión de dos dígitos en términos nominales, y que deberíamos de crecer en términos nominales, al menos al 10 por ciento. El compromiso se cumplió y absolutamente todas las carteras de crédito, tanto la de consumo, la hipotecaria, la corporativa, la de pequeñas y medianas empresas, pues tuvieron un desempeño bastante aceptable en el año 2010.

Asimismo, el año 2010 también se utilizó a la Banca de Desarrollo, como se utilizó en el año 2009, para expandir las condiciones de crédito a la población, se complementó con la Banca Comercial, atendió los objetivos que tenía cada uno de los Bancos de desarrollo en México y fue un complemento muy importante.

Asimismo  hicimos avances importantes en la regulación del sector, durante el año 2010, que sin ninguna duda son factor de fortaleza y de solvencia en los bancos en México en este momento. Avanzamos en la regulación de los créditos relacionados, en la manera de conceptualizar las reservas de manera que fuera más prospectiva, que nos permitiera pues ser un poco más contracíclicos a la hora de la generación de las reservas, en algunos otros aspectos de la regulación que voy a mencionar más adelante, y que, sin duda, fueron cruciales, y medulares para que México tuviera la recuperación económica que tiene el día de hoy.

Quiero decir que no hay ninguna duda de que ustedes, la Banca Mexicana, el Sistema Bancario Mexicano, fue pieza fundamental en la transformación que estamos viviendo en el país, y no se puede reconocer la aportación del sistema bancario, sin reconocer a quien con su liderazgo, visión y compromiso encabezó hasta hoy o hasta mañana la Asociación de Bancos de México, don Ignacio Deschamps.

Durante su Presidencia, el sistema financiero fue destacándose por ser cada vez más solvente, más sano y más seguro. Durante su gestión al tema de la inclusión financiera recibió un enorme impulso. Por ejemplo, el número de sucursales bancarias creció por más del 5 por ciento, el número de terminales punto de venta, se incrementó en 8 por ciento y el número de cajeros automáticos aumentó en un 21 por ciento.

En la misma línea, durante los dos años, en que Ignacio presidió a la ABM, se registró un gran impulso a la expansión del crédito; destaca el nuevo esquema de corresponsalías bancarias, que representa una alternativa más accesible a los usuarios a menores costos

A la fecha 8 mil 500 establecimientos cuentan con esta figura y están asociados a 13 Bancos.

Si sumamos el número de corresponsalías al número de sucursales bancarias, vemos que en dos años hubo un incremento de 77 por ciento en la red de sucursales bancarias. En sus dos años frente a la ABM el liderazgo del ingeniero Deschamps fue fundamental para mejorar nuestro marco regulatorio: nos acercamos a los estándares internacionales en materia de crédito, entidades relacionadas, al pasar de 50 a 25 por ciento del Capital del Banco.

Se modificó la metodología general aplicable a la calificación de cartera de consumo, así como de hipotecas, para poder reflejar de manera adecuada el comportamiento de la referida cartera y su nivel de riesgo.

Mejoramos el modelo de constitución de reservas preventivas, que ahora se determinan en función de las pérdidas esperadas.

Gracias a estas mejoras no hay ninguna duda que el marco regulatorio que tenemos en nuestro Sistema Bancario es más solvente y está mejor reservado.

Asimismo, quiero destacar la participación de Ignacio en el proceso de mejora del blindaje del Sistema Financiero de Operaciones de procedencia ilícita, fue fundamental. Se establecieron medidas para regular las compras de dólares en efectivo por parte de las instituciones bancarias, bajo parámetros que permiten satisfacer la demanda legítima y legal de diversos sectores de la economía, cerrando simultáneamente el paso a recursos ilícitos.

Con esta medida se redujo en un 60 por ciento la exportación de dólares en efectivo, que ya alcanzaba niveles preocupantes e inexplicables.

Quiero reconocer al ingeniero Deschamps su dedicación como Presidente de la Asociación de Bancos de México, como autoridad puedo decir que siempre encontré un interlocutor comprometido con sus representados, pero también siempre dispuesto a construir un mejor sistema bancario.

Gracias a todos ustedes y a Nacho hoy tenemos un mejor sistema más solvente, mejor capitalizado, que está asumiendo su papel de ser palanca de desarrollo para México y al mismo tiempo administra prudentemente los ahorros de los mexicanos.

Estos logros, que son bastante buenos, diría que marcan, que vamos avanzando en la ruta correcta; sin embargo, y yo creo que todos coincidimos, aún no es suficiente. Tenemos que avanzar más rápido en las áreas que van bien y reforzar las que aún van rezagadas; construir un México más juntos, más competitivo y más próspero es posible, pero requiere de un esfuerzo solidario y estratégico que nos permita llegar a donde nos gustaría estar.

Hay que trabajar en un México más competitivo, continuar con la inversión de infraestructura, carretera, portuaria, aeroportuaria y de aduanas; modificar la composición de nuestras exportaciones, diversificando productos y explorando destinos a los que hasta ahora no hemos centrado; continuar con el proceso de simplificación regulatoria y administrativa.

También hay que trabajar en un México más justo, alcanzar la cobertura universal en educación y en salud, para mejorar sostenidamente la calidad de los servicios tanto educativos como médicos; y hay que generar las condiciones para generar empleo; consolidar la estabilidad de precios, que les permita a las familias mexicanas cuidar su poder adquisitivo y consolidar un patrimonio.

Además, México debe ser capaz de crecer más rápido, mantener tasas de crecimiento altos a lo largo del tiempo sin ninguna duda va a cambiar el retrato y la configuración de México; reforzar el motor interno de la economía aumentando el crédito tanto de la banca comercial, como de la banca de desarrollo, debe ser una prioridad para todos nosotros.

Debemos seguir invirtiendo en el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, grandes generadoras de empleo; debemos seguir con el manejo responsable de las políticas públicas; debemos seguir reforzando el blindaje de nuestra economía y debemos hacer un uso responsable de nuestra deuda pública.

Asimismo, es crucial que podamos avanzar en la agenda de reformas estructurales, que sin ninguna duda nos ayudarían a avanzar más pronto: la Reforma Política, la Reforma Laboral, la Reforma a la Ley de Competencia y la Nueva Ley de Asociaciones Públicas, Privadas, entre otras, serían un gran detonador de crecimiento económico.

Un sector bancario sólido, responsable y solidario es pieza clave para el desarrollo del país, para alcanzar el México en el que todos quisiéramos vivir, la participación activa y decidida del sector financiero es fundamental. Y en este rol que les toca jugar no hay distingos, todos los bancos son iguales: el marco legal y regulatorio no hace distinción entre aquellos bancos con capital mexicano de los de capital extranjero, todos trabajamos solidariamente por México.

La regulación y las relaciones del gremio con las autoridades financieras son las mismas para todos, porque todos prestan un servicio fundamental a las empresas y las familias de México, todos y cada uno de ustedes han coadyuvado a que México tenga hoy buenos augurios para el futuro.

Todos se han puesto la camiseta y han hecho su parte, prueba de ello es la posición en que se encuentra el Sistema Financiero de cara a la adopción de las medidas establecidas en materia de supervisión bancaria Basilea III.

En principio, la regulación establecida por el Comité de Basilea, supone una instrumentación gradual, que deberá concluir en el año 2019. Sin embargo, gracias a que en México se contempla desde el 2001, una definición de capital para propósitos regulatorios que incorpora la mayoría de los conceptos de Basilea III, se adelantara considerablemente el tiempo de implementación en nuestro país.

Por ejemplo, por lo que respecta a los niveles de capitalización, el sistema bancario mexicano cuenta con un índice de más del doble del estándar internacional establecido y se ubica en 17 por ciento. Asimismo, el capital es de alta calidad, representando el básico, el 8 por ciento del capital neto.

El Presidente de la Comisión Nacional  Bancaria y de Valores, dará los detalles de la adecuación de Basilea III; ésta será gradual, para que todos podamos cumplir, pero sin duda alguna, será más rápida que en otros países por las fortalezas de nuestro sistema.

Quiero exhortarlos a que continuemos con los esfuerzos para ampliar el crédito, y cada vez en mejores condiciones. Hemos avanzado, pero todavía hace falta mucho por hacer.

Los niveles de crédito otorgado en sector privado, todavía distan mucho de lo que nuestro  país necesita.

Los exhorto a que aceleren la instrumentación de los distintos   modelos de Banca por celular, a que continúen con los esfuerzos de corresponsalías  bancarias para seguir ampliando los servicios bancarios a los mexicanos que aún no tienen acceso al sistema, y a continuar con los esfuerzos de educación financiera.

Quiero felicitar a don Jaime Ruiz Sacristán, Presidente entrante de la Asociación de Bancos de México y a su nueva Mesa Directiva.
Cuentan con todo el apoyo de la autoridad para sacar adelante sus proyectos, como estoy seguro que el Gobierno contará con su apoyo.

Les deseo el mayor de los éxitos en este nuevo encargo.

Estamos frente a un momento decisivo para México. La recuperación económica supone una gran oportunidad de impulsar un crecimiento económico sostenido, que promueva mejores niveles de vida todas las familias; si sumamos voluntades, esfuerzos, talentos y capacidades, podremos construir el México que anhelamos, el México que nos merecemos.

Muchas gracias.

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